Trama
Abril de 1985.
Bellatrix
Lestrange se encontraba encarcelada en la prisión de máxima seguridad de
Azkaban. Los gritos procedentes de las celdas de los demás reclusos retumbaban
en todos los rincones de la prisión, no solo gritos, sino también delirios, pesadillas…
Una noche,
un dementor se encontraba haciendo guardia y pasó junto a la celda de Bellatrix
Lestrange, quien le dirigió al espectral ser una mirada de odio, pero no se
movió del rincón en el que se hallaba acurrucada en el suelo.
Mientras el
Dementor pasaba junto a su celda, algo resbaló de la mano putrefacta de éste y
rebotó en el suelo. Cuando el dementor se alejó, Bellatrix se acercó gateando
hasta los barrotes de su celda y recogió, del suelo, aquello que se le había
caído, tal vez de forma casual o no, al dementor de la mano.
Bellatrix
regresó al rincón en el que se encontraba acurrucada, segundos antes de que el
Dementor pasara y examinó el objeto que ahora ella tenía en sus manos.
Observó que
no se trataba de nada más que de un simple anillo, pero el anillo tenía
incrustada en su superficie una piedra negra, la cual, a su vez, tenía un
gravado, un gravado que mostraba una especie de arco.
Algo en el anillo le decía a Bellatrix que ese anillo era más que un simple anillo. Bellatrix lo escondió y lo mantuvo guardado en secreto con intención de entregárselo al Señor Tenebroso, como prueba de continuada lealtad, cuando éste recuperase su poder y ella escapara de la prisión de Azkaban.
Año 1995
El Señor
Tenebroso había regresado y acababa de estallar la Segunda Guerra Mágica.
Bellatrix Lestrange, junto con otros mortífagos escapó de la prisión de Azkaban
cuando los Dementores escaparon al control del Ministerio mostrándose proclives
al bando tenebroso.
Bellatrix,
en cuanto se reunión con el Señor Tenebroso le informó y entregó el anillo.
Entre ambos comenzaron a estudiar el origen y poder que ocultaba aquella
reliquia. El Señor Tenebroso, nada más que tuvo el anillo entre sus manos, fue
consciente, al igual que en su momento lo fue Bellatrix, que ese anillo
escondía un poder oculto… un gran poder a nada comparable…
3 de Mayo de 1998
En la
madrugada del 3 de Mayo de 1998, tras la derrota y muerte de Lord Voldemort,
Rodolphus Lestrange entró en el castillo buscando desesperadamente a su esposa,
Bellatrix.
Tras
buscarla durante unos minutos, sintió como su corazón se paraba y se partía en
mil pedazos al verla muerta en el suelo. Rodolphus corrió junto a ella,
ignorando la presencia amenazante de los miembros de la Orden del Fénix, y la
cogió entre sus brazos llorando desconsoladamente. Mientras la abrazaba
suplicaba, inútil y amargamente, que ella le devolviera el abrazo… pero ese
abrazo nunca llegó…
Los miembros
de la Orden del Fénix dejaron de apuntar a Rodolphus con sus varitas conscientes
de que éste no era una amenaza para ellos en estos momentos, y conscientes también
de que el dolor que sentía no podía compararse a nada…
De una de
las manos de su esposa, recogió un anillo que sabía que era importante para
ella y lo guardó en uno de los bolsillos de su propia túnica. Abrazó con cariño
a Bellatrix y le dio un beso en los labios por última vez en su vida.
Dejó el
cadáver de su esposa en el suelo y se marchó de allí sintiendo como con cada
paso que daba alejándose de ella, el alma se le destrozaba y su corazón se
quedaba con Bellatrix… a pesar de que ella, al menos en los últimos años, nunca
llegó a sentir lo mismo por su marido…
Rodolphus
dedicó los siguientes meses de su vida a estudiar y continuar las
investigaciones que, sobre el anillo encontrado por Bellatrix en Azkaban,
habían iniciado Lord Voldemort y ella.
A estas
alturas, Rodolphus ya sabía que la piedra engarzada al anillo se conocía como
«Piedra del Dementor».
Rodolphus
continuó investigando y descubrió que se trataba de una piedra de un grandísimo
poder capaz de albergar vida en su interior… no el elixir de la vida como la
Piedra Filosofal que tan solo prolonga la vida de forma antinatural… tampoco
almas o trozos de alma cual Horrocrux que requiere la previa fragmentación del
alma… sino que la Piedra del Dementor era capaz de albergar vida, en el más
amplio sentido de la palabra, vida como sinónimo de poder, y poder suficiente
como para traer del más allá a cualquiera que haya fallecido recientemente.
Rodolphus
además, descubrió que el símbolo gravado en la superficie de la Piedra del
Dementor, se correspondía a una representación simplificada del llamado Velo de
la Muerte, mágico y oscuro objeto, de poderes desconocidos, escondido en el
Departamento de Misterios del Ministerio de Magia.
En sus
últimas investigaciones descubrió que la Piedra del Dementor, usada
conjuntamente con el Velo de la Muerte, traería de vuelta a la vida, desde el
más allá a cualquiera que se quisiera resucitar. Justamente el efecto contrario
del Velo de la Muerte, si se usa sin la Piedra del Dementor, que conduce al más
allá a cualquiera que lo atraviese.
Sin pensarlo
más, ni indagar aún más sobre las propiedades del uso de la Piedra del
Dementor, Rodolphus se coló en el Ministerio de Magia y accedió al Departamento
de Misterios. A cada paso que daba alcanzando el Velo de la Muerte su corazón
palpitaba con una violencia arrolladora solo de pensar que en cuestión de
minutos volvería a ver y a abrazar a su esposa viva. Sin contar la satisfacción
que le producía el pensar en el regreso del Señor Tenebroso y la continuación
de la lucha
Cuando
accedió a la Sala del Departamento de Misterios en que se hallaba el Velo de la
Muerte, se acercó a él, lentamente y tembloroso, con una mezcla de miedo y emoción
acumuladas en su interior.
Se colocó
frente al Velo de la Muerte y sacó el anillo de uno de los bolsillos de su
pantalón. Sostuvo el anillo entre sus manos y con sus ojos localizó, en el arco
del Velo de la Muerte, la hendidura donde la Piedra del Dementor debería de
encajar perfectamente.
Arrancó la
piedra del anillo y la encajó en la hendidura, efectivamente, la piedra quedó
encajada en la hendidura como si jamás hubiera sido arrancada de allí.
Rodolphus se
separó del Velo de Muerte e hizo un conjunto de complejos movimientos de varita
acompañado de un conjunto de palabras extrañas.
Rodolphus
consiguió que el Velo de la Muerte se apartara como si una fuerte ráfaga de
aire lo hubiera traspasado, una ráfaga de aire del más allá… puesto que en la
sala del Departamento de Misterios donde él se encontraba, ni un pelo de su
cabello se removió... Rodolphus detuvo sus movimientos de varita y se limitó ya
a observar lo que estaba sucediendo… Cuando el Velo de la Muerte se apartó
dejando el arco libre, Rodolphus esperaba ver el lado contrario de la Sala del
Departamento de Misterios en la que se encontraba… pero en vez de eso lo que
vio fue una intensa luz cegadora procedente del propio arco, la luz del más
allá…
Ese día,
Rodolphus Lestrange consiguió traer a la vida al Señor Tenebroso, a su esposa y
a todos los demás leales seguidores del mismísimo Señor Tenebroso caídos
durante la Segunda Guerra Mágica… Pero un error debió de cometer en sus
investigaciones, cuando no solo trajo a la vida al Señor Tenebroso y a sus
leales seguidores, sino que también trajo a la vida a todos aquellos que eran
enemigos del Señor Tenebroso y que cayeron durante la Segunda Guerra Mágica.